jueves, 31 de enero de 2013

Exposiciones de grupos

Durante estas dos semanas que los grupos han ido exponiendo sus trabajos, la verdad es que uno ha disfrutado mucho. Especialmente interesante me ha parecido la exposición de alternativas del futuro, pues a diferencia de la inmensa mayoría de grupos (entre los que me incluyo) han decidido centrarse únicamente en este aspecto, en vez de analizar países o continentes a través de su historia.
Entre algunos de los puntos que se hablaron, me resultó curioso el ejemplo de los países nórdicos, pues han sabido capear la crisis a través de la inversión. Su deuda no se ha disparado, lo que curiosamente contradice el paradigma de las políticas de recortes, que gratamante disfrutamos en la Europa del sur (nótese la ironía). Establecieron una comparación directa con España en lo que a la distribución de riqueza se refiere, y como cabía esperar, España sale muy mal parada. Pero lo preocupante no es esto, si no que también sale mal parada con respecto a la media de la UE, y si no me equivoco, además de campeones de europa de selecciones, somos campeones en desigualdad. Pues eso, pan y circo.
Este ejemplo sirve para encumbrar los logros de la socialdemocracia del norte. Si bien valoro ciertas cosas de este modelo, considero que no es un modelo fácilmente exportable a muchos lugares, entre otras cosas por temas culturales (entiéndase cultura cívica). Y voy más allá: me parece un modelo agotado en muchos aspectos, y como se ha demostrado en multitud de escenarios fuera de escandinavia, vacío de ideología, de nuevas -o viejas- ideas y peligrosamente cercano al pensamiento neoliberal.
El tema quizá más flojo de la exposición fue el decrecimiento. Quizá no flojo, sino corto. Está claro que es un tema que se basta y se sobra para copar no una exposición, sino muchas, por lo que resumirlo de forma crítica y seleccionando bien los temas se me antoja harto complicado. Dicho lo cual, eché en falta el ejemplo clásico de estado que ha sabido lidiar con una crisis energética de magnitudes bastante importantes y salir bastante airoso del envite. Este no es otro que Cuba, que tras el derrumbe de la Unión Soviética se las vió y se las deseó para conseguir combustible (que antes importaba a precios de risa de la URSS) para mantener su precaria industria -fundamentalmente agroalimentaria- en funcionamiento. No voy a entrar en detalles para no aburrir, pero todo se fundamenta en establecer nuevas formas de cooperación locales, y un cambio de valores que tarde o temprano nos veremos forzados a realizar en occidente. Claro que aquí, a diferencia de allí, vivmos en el contexto de la globalización socioeconómica, y el sentimiento comunitario pienso que se extinguió hace tiempo. Dificl lo tendremos.

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